CAMINANDO DE LA INSEGURIDAD A LA CONFIANZA
Una de la cosas que tenemos que trabajar en nuestro proceso de desarrollo profesional y personal para viajar de la inseguridad a la confianza es aprender por nosotros mismos y sobre todo de nosotros mismos más allá de cursos, manuales, libros o de aquellas personas que consideramos nuestros referentes porque nos hablan de experiencias que resuenan con nosotros. Para ello lo primero que debemos hacer es darnos cuenta de cómo la inseguridad se ha ido instalando en nosotros hasta tal punto que buscamos asideros a cada paso porque en algún momento de nuestras vidas hemos aprendido e interiorizado que no debemos confiar en nosotros mismos.
Invierte en tu autoconocimiento
Independientemente de cuáles hayan sido los motivos por lo cuales se ha instalado en nosotros esas creencias, que tendrán mucho que ver con nuestras experiencias de vida, también es imprescindible conocer cuál es nuestro modelo mental y cómo venimos funcionando a lo largo de nuestra vida. En este post titulado «Tu autoconocimiento es tu súper poder» hablamos de las ventajas de conocerte y saber cuáles son tus fortalezas y debilidades ya que va a brindarte un recurso extra que no te lo va a dar ningún otro conocimiento externo.
Suelta el control
A parte de invertir tiempo y energía en nuestro autoconocimiento y observación, para ganar en seguridad y confianza en nosotros mismos debemos aprender también a confiar en lo que la vida tiene preparado para nosotros para que crezcamos en consciencia y comprensión, por lo que se hace necesario también aprender a soltar el control sobre la misma.
Soltar el control no significa dejar de tener objetivos, deseos e ilusiones en cualquiera de las áreas de nuestra vida, soltar el control significa que debemos aceptar que no controlamos nada y que muchas cosas escapan a nuestro control por mucho que planifiquemos y por muchas medidas de seguridad y control que establezcamos en nuestros planes de acción. Aceptar esto no significa resignarse y caer en la inacción, en el nihilismo o la desilusión. Al contario, aceptarlo significa comprenderlo, siendo conscientes de que hay algo que está por encima de nuestro entendimiento puramente racional y con lo cual no debemos entrar en lucha porque lo único que vamos a encontrar es sufrimiento. Asumámoslo y aceptémoslo de manera serena y consciente: no controlamos nada.
Soltar el control significa, soltar exigencias, soltar creencias, soltar resentimientos, soltar culpabilidades, soltar conflictos… Hasta que no soltamos ese control nos estamos aferrando a lo que nuestros deseos quieren y eso nos impide rendirnos a una sabiduría mayor que rige todo, independientemente de lo que tu creas o hagas. Si esto te resulta difícil de ver en tu vida, observa la naturaleza y observa el universo. Todo está en su sitio, nada sobra ni falta. Prueba a que no te crezcan las uñas o a que no te crezca el pelo. Hay una sabiduría en la vida que está por encima de nuestros deseos y de nuestra lógica. Es obvio que hay algo que se escapa a nuestra razón pero que podemos percibir y comprender desde otro lugar diferente a nuestra mente si estamos abiertos a ello.
Desapégate del resultado
El guión de nuestro ego es muy simple: la vida está ahí para satisfacer mis deseos. Pero si la vida me trajera siempre lo que el ego desea la persona no crecería jamás. Aquello que llamamos crisis no es más que la vida disfrazada, que nos presenta una nueva experiencia y nos da la oportunidad de crecer y evolucionar.
«He venido a descubrir que el secreto de la vida consiste
simplemente en aceptarla tal cual es.»
Juan de Yepes
Renunciar, como se suele decir, a ser el director general del universo nos quita una carga muy pesada de encima que a menudo nos estresa, nos hace estar en continua tensión y nos resta mucha energía física y psicológica.
Suelta el control. Permite que la vida se despliegue dentro de ti. Permite que la vida cree a través de ti haciendo sonar tu melodía, aunque eso implique muchas veces renunciar a la vida que crees que te hará feliz para rendirte a las experiencias y desafíos que la vida te presenta en cada momento. Sigue teniendo ilusiones y deseos, continúa marcándote objetivos para lograrlos pero no te apegues al resultado, no entres en lucha y conflicto con el propio discurrir de la vida porque cada vez que entres en lucha con ella vas a perder el cien por cien de las veces. Fluye con la vida y las experiencias y oportunidades que ésta te vaya regalando, porque aunque en un principio te parezcan un castigo, tarde o temprano te darás cuenta de cuánto te enseñaron y de cuántas cosas viviste y experimentaste gracias a aquello que llamaste crisis.
Sin embargo, es cierto que es muy difícil confiar en nosotros mismos y en la vida cuando lo que nos han enseñado es todo lo contrario. Desde nuestros entornos más cercanos, incluso nuestras familias, nuestra cultura, nuestros gobiernos, nuestras religiones tan mal entendidas, han resultado castrantes y a menudo siguen siendo un lastre que arrastramos y nos impiden desarrollarnos con madurez.
Olvídate de la culpa
La culpa es también un tremendo obstáculo en nuestro camino hacia la seguridad y la confianza. La culpa nos conduce hasta el pasado y trae a nuestro presente un sentimiento de malestar por algo que sucedió o algo que hicimos que nos hace sentir desdichados. Es importante que te des cuenta del condicionamiento mental al que has sido sometido y de que a menudo la culpa viene de nuestra programación y adoctrinamiento. Así, ante determinados hechos y acontecimientos salta en ti un resorte que hace que reacciones con una serie de pensamientos, emociones y sentimientos que hace que vivas las cosas de una determinada manera y no de otra.
La culpa es una falsa creencia que se convierte en sentimiento. Grábate esto: tú no eres culpable de nada, aunque sí responsable de tus actos y decisiones. Date cuenta de por qué ante las mismas circunstancias y hechos unas personas reaccionan sintiendo una culpa devastadora y otras no, y date cuenta de que todo tiene que ver con tu proceso de programación.
Date cuenta de que la culpa es utilizada desde muchas organizaciones e instituciones para ejercer control sobre tus pensamientos, emociones y comportamientos. Y siendo así, reconoce cómo la mayoría de las veces son los propios instigadores del miedo quienes luego se presentan como salvadores. Cuando las personas tienen miedo actúan como si fueran ovejas y permiten que un pastor las controle. Pero tú no eres ninguna oveja y no necesitas ningún pastor, gurú o salvador. Tú eres tu propio gurú.
Reprográmate
Aprende a reprogramar tus creencias para librarte de tanto miedo, tanta culpa y tanto sufrimiento. Lo que pasó pasó y no podía ser de otra manera en el estado de tu consciencia de cuando sucedió. Es imposible que hubiera podido ser de otra manera en aquel nivel de consciencia, ¿no crees?
La realidad es que si no estuviéramos tan ocupados en hacernos daño a nosotros mismos con nuestras programaciones mentales, a través de todos estos mecanismos inconscientes, estaríamos disfrutando de muchas más cosas de la vida y con más intensidad. Date cuenta de las de cosas que haces por los demás y de las de cosas que dejas de hacer también por los demás. Pura programación.
«La gran tragedia de la vida no es cuánto sufrimos, sino cuánto nos perdemos de ella.»
Thomas Carlyle
La confianza es básica para poder desplegar nuestros dones y talentos que están ocultos bajo capas y capas de condicionamientos, muchas veces tan sólidas que es difícil resquebrajarlas por completo. Por eso la vida continuamente está poniendo delante de nosotros hechos, circunstancias o personas que nos ayudan a cuestionar todo lo que creemos saber y si lo aprovechamos será para nosotros un revulsivo extraordinario para avanzar en nuestro camino hacia la seguridad y la confianza.
Necesitamos confiar más en nosotros mismos. Debemos dejar de buscar fuera para empezar a encontrar dentro, sin embargo a menudo tenemos la autoestima tan dañada y un autoconcepto de nosotros mismos tan pobre, que ni siquiera somos capaces de creer que todo lo que necesitamos pueda estar dentro de nosotros. Nos han enseñado a desconfiar de nosotros mismos, de los demás, del entorno y de la vida en general, hemos sido programados y reaccionamos, pensamos y sentimos conforme a esa programación. Y con todo y con ello ahora se nos dice que debemos ser solidarios y debemos saber trabajar en equipo. Es obvio que como no cambiemos nuestro modo de ver las cosas nos va a resultar muy difícil conseguirlo.
Mantente conéctado
El sentimiento de culpa y de malestar ha calado tan profundo en nosotros que nos hemos cerrado a nuestra propia sabiduría interior y a la riqueza que brota de nosotros mismos cuando estamos conectados con nuestro cuerpo y con nuestra sabía voz interior, y de este modo nos hemos privado de muchas cosas en nuestra vida y hemos privado al mundo y a los demás de lo que realmente somos, desplegando nuestras habilidades, dones y talentos poniéndolos a nuestro propio servicio y al servicio de los demás.
Confiar en la vida y en nosotros mismos significa soltar nuestros apegos, aquello que creemos que necesitamos para sentirnos bien y ser felices. Un apego es todo aquello a lo que te has aferrado y que piensas que necesitas para ser feliz, pero ahí puede haber poca felicidad. Has identificado una persona, una cosa o una situación con la felicidad pero eso nada tiene que ver con la felicidad.
La felicidad surge de ti cuando te relacionas con las personas y con las cosas pero no haces depender tu bienestar de ello, porque entonces sufrirás intentando conseguirlas y cuando las consigas, si es que lo logras, sufrirás pensando en que puedes perderlas.
Cuando no tienes apegos cuentas con mucha más confianza en ti mismo y dispones de más energía vital, pruébalo de forma consciente y pronto de darás cuenta.
«Cuando el arquero tira sin jugarse nada, dispone de toda su habilidad.
Cuando está en juego un broche de bronce, se pone nervioso.
Cuando hay en juego un galardón de oro, se ciega. Está fuera de sí. Ve dos blancos.
Su habilidad no ha cambiado, pero el premio lo divide. Se preocupa.
Piensa más en ganar que en tirar. Y la necesidad de ganar le quita las fuerzas.»
Tranxu
Recuerda, todo empieza por ti
Tu felicidad y bienestar no pueden depender de cosas, circunstancias o personas. No cedas ese poder a aquello que no depende de ti. Por eso te encontrarás con personas que casi no tienen nada y son felices y otras que teniéndolo todo no lo son. Date cuenta que la felicidad no está fuera, sino dentro de ti. Debes aprender a mirar, a apreciar las cosas, las personas y la la vida con ojos nuevos cada día. Lo sé, no es fácil, pero la forma tradicional de ver, entender y percibir las cosas ya sabemos hacia dónde nos conduce.
No te creas nada, ponlo en práctica. Empieza a confiar en ti y en la vida y observa si sucede algo diferente. Todo cambio interno conlleva inevitablemente un cambio externo. Al menos, date la oportunidad de probarlo.